Fiscal Publicado el 21/09/2009
Expanción digital Publicado el 21-09-09 , por Juan José Rubio Guerrero. Catedrático de Hacienda Pública. UCLM
Sentada la premisa de la necesaria continuidad del modelo en un proceso de reforma tributaria gradual, y en un contexto de reconstrucción del equilibrio y estabilidad presupuestaria, la política tributaria en España debe seguir ajustando aquellos elementos de la estructura fiscal que puedan recuperar los resultados macroeconómicos, distributivos y recaudatorios obtenidos en el pasado.
Para ello, los elementos que hay que defender como objetivo en el debate abierto sobre la reforma tributaria en un momento de crisis son, en opinión del autor, los siguientes:
1. Creación de un entorno fiscal atractivo a la inversión internacional.
Según la OCDE, la fiscalidad afecta de manera decisiva a la estructura y forma de financiación de las inversiones, y, si una buena fiscalidad no necesariamente promociona las inversiones en un territorio ya que hay otros factores relevantes (coste laborales, tecnología, etc.), una mala fiscalidad o no adecuadamente coordinada con las del entorno, claramente la desincentiva.
La mejora de la competitividad exterior de la economía española se ha convertido en la actuación más prioritaria de la política económica de nuestro país. Las medidas fiscales destinadas a la internacionalización de la empresa española, por supuesto respetando la normativa internacional y comunitaria, así como la captación de inversión extranjera y el cambio de tendencia a la deslocalización empresarial son necesarias de forma inmediata.
Entre 2004 y 2008, se ha reducido en un 73% la inversión extranjera directa en nuestro país, siendo esta inversión fundamental para mejorar nuestras dotaciones tecnológicas, ya que es un cauce fundamental de transferencia de tecnología ahora que se habla de desarrollar empresas con alto valor añadido como fundamento de un cambio en el patrón de crecimiento.
La atracción de actividades prioritarias para la estabilidad de nuestro tejido empresarial-industrial como la localización de centros de decisión, de logística, de marketing, centro tecnológicos de empresas, etc., deben ser apoyados a través de la política tributaria, así como el desarrollo de incentivos fiscales para motivar la instalación de trabajadores cualificados extranjero en España.
2. Incentivar la participación en el mercado de trabajo.
Se trata de que el sistema fiscal favorezca la participación de más personas en el mercado de trabajo y continúe reduciendo la brecha fiscal; es decir, la diferencia entre el salario neto cobrado por el trabajador y el coste salarial total que supone para la empresa. La reducción de la carga fiscal individual de forma selectiva para todos los ciudadanos debe contribuir a reducir la brecha fiscal, incentivar la contratación, tratando de favorecer especialmente a las rentas del trabajo y las rentas medias y bajas con el fin de vertebrar y dar cohesión a la sociedad.
3. Fomento del Ahorro.
Desde un punto de vista teórico, cualquier reforma tributaria debe considerar como elemento central el fomento del ahorro como base de la capitalización del sistema productivo. El ahorro financia el capital físico, complementa la formación de capital humano y aumenta la estabilidad económica de los agentes sociales. Sin embargo, en el momento presente y en nuestro país, este objetivo es vital por cuanto presentamos unas tasas de ahorro aún reducidas, con un volumen de endeudamiento de las familias en niveles preocupantes y con un déficit exterior histórico motivado, en gran medida, por la falta de ahorro nacional. Cualquier medida que, directa o indirectamente, pueda desincentivar el ahorro debe ser puesta “en cuarentena”, ya que sus efectos pueden ser dramáticos para el futuro de la economía española. Debemos ser imaginativos en la propuesta de tratamiento fiscal generoso al ahorro como pilar de nuestra estabilidad económica a medio y largo plazo. En este sentido, a nivel internacional, se están recuperando propuestas tendentes a incorporar elementos de la imposición sobre el gasto personal ya estudiadas a nivel teórico pero nunca aplicadas en países desarrollados.
4. Apoyo a la familia como elemento de vertebración y estabilidad social.
Es obvio que la cargas familiares modifican sustancialmente la situación económica de los individuos, por lo que el tamaño de la familia, el número de ascendientes y descendientes dependientes, su situación de discapacidad y la edad de los mismos tienen que seguir siendo un elemento de ajuste del sistema fiscal no sólo por razones de equidad, sino también de eficiencia. Vinculado al envejecimiento de la población española y las dificultades financieras previsibles del sistema de pensiones, sería conveniente incorporar incentivos fiscales a los denominados “situaciones y/o seguros de dependencia” como complemento a los aportaciones a Planes y Fondos de Pensiones fiscalmente deducibles, queden mantenerse o incrementarse.
5. Vigilar estrechamente la relación entre imposición directa e indirecta.
Aunque en principio no debería preocuparnos excesivamente un tax mix donde los impuestos indirectos superaran ligeramente a los directos, dado que estos generan efectos distorsivos más relevantes y de impacto más inmediato sobre comportamiento económicos fundamentales, desde el punto de vista de la equidad puede tener efectos negativos, teniendo en cuenta los actuales patrones de consumo/ahorro de la economía española respecto a las rentas disponibles de las familias de menor renta con un sesgo excesivo hacia el consumo.
6. Incorporar la fiscalidad medioambiental como elemento definitivo del sistema con una perspectiva integral.
La utilización de los impuestos con fines medioambientales resulta, hoy en día, imprescindible, incluyendo la protección de los estándares de agua y aire, el control de las emisiones del C02 y la correcta gestión de los recursos naturales. El fundamento teórico de esta incorporación descansa en la idea de asociar cambios fiscales desfiscalizadores en los impuestos personales sobre la Renta con la incorporación de tributos de regulación medioambiental. Se propone que los impuestos ambientales sean utilizados para contrarrestar los recortes producidos en la imposición directa, básicamente el IRPF y las cotizaciones sociales.
7. Desarrollar la Administración Tributaria como instrumento fundamental para lograr un mayor grado de cumplimiento tributario.
En los últimos años, se ha avanzado significativamente en el ámbito de la Administración tributaria en España, pasando nuestra AEAT a ser una referencia mundial en el uso de nuevas tecnologías tanto para el servicio a los contribuyentes como para la gestión, recaudación y control de los mismos. No obstante, es necesario seguir avanzando en cuestiones fundamentales como son:
• la integración de las administraciones fiscales con el fin de perfeccionar los mecanismos de intercambio de información y control del fraude fiscal, tanto nacional como internacional.
• La racionalización de la gestión interna enfocada más a segmentos o funciones en vez de tipos de impuestos.
• Desarrollo de sistemas de retención de información, control cruzado y obligaciones de información de los contribuyentes.
• Mejora de la gestión del riesgo fiscal y en los accesos a la información a través de un uso interno generalizado de los nuevos instrumentos de apoyo que aportan las nuevas tecnologías en la explotación de censos, bases de datos, etc.
Sin olvidar que, para un correcto cumplimiento fiscal, hace falta un buen servicio al contribuyente a través de una reducción de los costes de cumplimiento y la inclusión del cumplimiento fiscal en la agenda de lo que debe ser un buen gobierno corporativo.